Acné, piel sensible, rosácea: los probióticos pueden ayudar a reforzar la piel

Aunque relacionamos el acné con la adolescencia, este problema puede afectar a mujeres y hombres adultos, incluso de más de 40 años. Y es que el acné, al igual que la piel sensible, los eccemas e incluso las dermatitis, están muy relacionados con nuestra alimentación, equilibrio emocional y por supuesto, bienestar intestinal.

Nuestra piel es un órgano que muestra cómo nos sentimos y cómo está nuestro interior. Si nos ponemos nerviosos nos enrojecemos, si tenemos una indigestión, nos ponemos pálidos, si el hígado no funciona bien nos ponemos amarillos o si, por ejemplo, nuestro tránsito intestinal no es regular o tenemos estreñimiento, nos salen granitos.  Por eso cuidar nuestro interior es el consejo más saludable para tener una piel sana y bonita.

Probióticos contra el acné

El acné puede minar nuestra autoestima y hacernos sentir muy mal, algo paradójico ya que se ha observado que los estados de depresión y ansiedad pueden empeorar el problema del acné aún más. Y ante esta situación ¿Cómo ayudan los probióticos?

Tomar probióticos mejora nuestro estado de ánimo, ya que hacen que aumenten los niveles de triptófano en sangre, influyendo en el recambio de la serotonina y la dopamina en el cerebro. Las bacterias probióticas, también aumentan la resiliencia de las células nerviosas y hacen que sobrevivan más cuando estamos estresados.

Tener una flora intestinal saludable y recurrir a complementos de probióticos ayudan a mejorar problemas de la piel como el acné.

 

Calman tu piel

Que nuestro organismo esté más proinflamado, también nos hace más propensos a tener problemas de piel como rosácea, eczemas y urticarias, ya que en esas circunstancias nuestra piel está más sensible e irritable. Y aquí también podemos contar con la ayuda de las bacterias probióticas.

Se ha visto que tomar probióticos, como Lactobacillus rhamnosus y Bifidobacterium animalis, ayuda a mejorar la absorción de ácidos grasos omega 3, como el ácido gamma-linolénico. En nuestro organismo, estas grasas tienen una función antiinflamatoria, de modo que ayudan a prevenir y mejorar los problemas de piel sensible e irritable, relacionados con problemas inflamatorios.

Radicales libres más controlados

Tomar probióticos y prebióticos (fibras solubles de chía, lino, plantago, avena) es una ayuda adicional para mantener más controlados los radicales libres ya que ayudan a mantener mejores niveles de antioxidantes en nuestro organismo. De hecho, se ha visto que pre y probióticos bajan los indicadores de estrés oxidativo en nuestro organismo y por tanto la presencia de radicales libres.

Los radicales libres favorecen los procesos de envejecimiento, por ese motivo hay que mantenerlos a raya si queremos tener una piel más joven y bonita. Pero estas sustancias también pueden hacer que los problemas de piel empeoren. Por ejemplo cuando hay acné, la zona afectada está más inflamada y los lípidos se oxidan; para tratar el problema nuestro cuerpo utiliza sustancias antioxidantes. Pues bien, tomar probióticos ayuda a mejorar nuestras reservas de antioxidante, y en consecuencia, aliviar los problemas de acné.

 

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