Probióticos ¿Cómo influyen sobre tus defensas?

La relación de los probióticos y el sistema inmune es una de los primeros beneficios que se le atribuyeron a estas bacterias beneficiosas, así que si quieres saber cómo puedes aumentar tus defensas con su ayuda, continua leyendo.

Tener un sistema inmune activo y sano es un auténtico tesoro, sobre todo cuando llegan épocas un poco más delicadas como el invierno, que nos trae muchos resfriados y gripes, o el verano, cuando somos más propensos a las infecciones digestivas o a las urinarias (cistitis). Por eso en esas épocas, para reforzarte y ayudarte a aumentar las defensas, vale la pena recurrir a los probióticos.

Probióticos y sistema inmune

Los probióticos modulan la respuesta inmune e inflamatoria en el intestino y lo hacen porque estas bacterias beneficiosas pueden interactuar de una forma muy intima con nuestra mucosa intestinal y con las células inmunitarias que hay en ella. Por eso tomar probióticos ya es una ayuda para aumentar las defensas de nuestros intestinos.

Lo más sorprendente, es que la acción inmunomoduladora de los probióticos no se queda en el aparato digestivo. Estas bacterias amigas influyen en las defensas que tenemos en otras mucosas, como las del aparato respiratorio e incluso sobre las defensas (células y anticuerpos) que tenemos en nuestra sangre. Solo para que tengas un par de ejemplos:

· Los probióticos pueden inducir citoquinas, unas proteínas que actúan como mensajeros de información entre las células defensivas a para que sean más efectivas contra las infecciones e incluso ayudar a regular los procesos inflamatorios. Un ejemplo son los lactobacilos que hacen que la mucosa intestinal segregue más IgA (inmunoglobulina A).

· Estimulan la acción de los fagocitos, unas células que fagocitan, es decir, se comen a bacterias y otros elementos que pueden ser peligrosos para nosotros.

Recupérate más rápido

Párate un momento a pensar si en este último año te has resfriado o has tenido algún tipo de infección intestinal. Casi seguro que en uno u otra has caído. Pues bien, los probióticos no solo te ayudan a aumentar tus defensas sino que además pueden hacer que cuando tengas alguna de estas infecciones te recuperes más rápido.

Hay estudios que nos dicen que las bacterias que fermentan la leche, las bacterias lácticas pueden acortar la duración tanto de las infecciones respiratorias (resfriados, etc.) como las infecciones intestinales.

¿Sabías que los lactobacilos de las leches fermentadas ayudan a aumentar las defensas y así reducir la duración de las infecciones respiratorias y gastrointestinales y disminuyen el riesgo del resfriado común?

Intestino a salvo

En el caso de las infecciones intestinales, los probióticos actúan como auténticos protectores, ayudándonos a evitarlas antes de que llegue, ¿cómo? Muy sencillo, los probióticos son bacterias ¿verdad? Y muchas infecciones intestinales las causan bacterias como la salmonela, ¿cierto?

Pues bien, cuando tomamos probióticos estamos tomando millones de bacterias que llegan a nuestro intestino y refuerzan nuestra propia microbiota, de modo que conseguimos que nuestro intestino esté habitado por bacterias amigas que conviven en equilibrio. Si en esas circunstancias llegase al intestino una bacteria patógena, se encontraría con un hábitat hostil que no la dejaría crecer, porque nuestras bacterias amigas actúan:

· Produciendo sustancias que matan al patógeno.
· Consumirían los nutrientes para que no pudieran utilizarlos los patógenos para crecer.
· Y activarían nuestras defensas intestinales para combatir al patógeno. Ten en cuenta que en la mucosa del intestino es donde más se concentran nuestras células defensivas.

Un empujón más para aumentar las defensas

Si quieres reforzarte al máximo, además de tomar probióticos, sería recomendable que les ayudases a instalarse bien en tu microbiota intestinal. Para eso, y también para cuidar tu propia microbiota, es recomendable recurrir a un menú probiótico, que básicamente consiste en enriquecer tu dieta con frutas, verduras y cereales integrales para aumentar tu ingesta de fibras prebióticas. Ten en cuenta que las bacterias probióticas son bacterias que fermentan y por eso hay que darles fibras que puedan fermentar y nutrirse de ellas.

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